domingo, 14 de octubre de 2018

En el momento en que ves a las personas que quieres, y respetas tanto, mentirte y ocultarte cosas a la cara, mirándote a los ojos y sin tartamudear. Ese es el momento en el que te das cuenta que ya has visto todo lo que te quedaba por ver en la vida.
Es cierto que, cuando son personas que quieres, estás dispuesto a dar las oportunidades que sean necesarias pero, cuando pasan años, y años, y años y todo sigue igual, te das cuenta de que ya no vale la pena ir malgastando oportunidades. No vale la pena ir regalándonlas, así como así, cuando no ves ni un ápice de cambio.
Da pena, mucha pena, cuando ves que las mismas personas que te mienten y ocultan cosas van contando, a tus espaldas, más mentiras, sobre ti, sobre lo que ha pasado cuando has hablado / pasado un rato con ellas, sobre lo que les has dicho...
Sé que en la vida, desgraciadamente, hay de todo pero, cuando son personas tan, tan, tan, tan cercanas.. que saben toda tu vida, que saben todas las putadas por las que has pasado y saben cómo eres de primera mano... Que se inventen tales barbaridades, le den la vuelta a lo que ha pasado y que, encima, cuenten por ahí que tú eres el que miente, el que oculta y encima, las demás personas a las que se lo cuentan les crean, cuando también te conocen y saben cómo eres y saben lo que harías y lo que no, es tan injusto.. es tan asqueroso.. tan repugnante.. me da lastima por esas personas, que por desgracia aún quiero. Me da impotencia porque son personas que conoces desde que has nacido y a algunas se les veía venir pero, lo peor es cuando las otras no te las esperas.. pero eh, que después de todo lo que haya pasado les vea y hasta te dediquen una sonrisa y te hablen como si nada... ¿EN SERIO? ¿COMO SE PUEDE SER TAN FALSO? Yo te saludo por educación, hasta te doy dos besos, aunque me cueste, pero hijos míos, no esperéis de mi una sonrisa tan falsa, ni un tema de conversación tan falso como los vuestros. Yo no soy como vosotros. Doy gracias, a la vida o a quien tenga que dárselas, por tener muchas cosas de mi abuelo, como por ejemplo, saber razonar y tener paciencia. Porque señores, el karma está a la vuelta de la esquina. O en un autobús, quién sabe.